Ante Dios, somos seres totalmente iguales,
donde gozamos de los mismos derechos, oportunidades y capacidad para ser feliz
y aprender a conocer la felicidad.
Las experiencias, caminos que hayamos tomado
y nuestra propia personalidad, nos hace únicos y nos hace diferentes.
Únicos porque no tenemos las mismas
experiencias y personalidades; y diferentes por no nos expresamos de la misma
manera.
Algunas personas expresan su felicidad
sonriendo, abrazando, gritando, brincando, pataleando, abriendo los brazos,
silbando, aplaudiendo y hasta llorando de felicidad. Lo importante es que se
entienda que la felicidad debe manifestarse y hay que aprender a realizarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario