El que Siembra – Recoge, el
que Da – Recibe y el que Lucha – Obtiene!!!
Así es la Vida y siempre será
igual… escoge el dicho que más te guste y aplícalo pero sobre todo entiende que
para poder recibir algún fruto de lo que deseas debes preparar el terreno y cultivarlo.
Abonarlo con los mejores
materiales e inyectarle todo el amor es necesario para que salga el fruto.
Cuando se quiere lograr una meta en la Vida se debe poner la actitud, el cariño
y la paciencia necesaria para que todo lo que uno siembre se cultive de la
mejor calidad.
Esta metáfora, nos lleva a
interpretar la Vida y a entender que: “El que siembra Escasamente, escasamente cosechara
y el que siembra Abundantemente, en abundancia Cosechara” (2 Cor. 9:6)
Todo en la Vida tiene su
orden, su principio, su lógica, solo queda que te involucres y analices antes
de realizar acciones. La cosecha que obtendremos al final de nuestra vida sigue
una pauta similar, nosotros vamos por la vida y a medida que vamos viviendo
esparcimos semillas.
La calidad de esas semillas
depende mucho de nuestra alegría, amor y bondad, lo cual se traducirá en una
cosecha abundante y prospera que alcanzara para saciar primeramente nuestro ser
interno y luego el hambre de todas las personas que estén a nuestro alrededor.
Dios, nuestra conciencia y
la voluntad de querer aportar y dejar una huella en este mundo nos llama a ser
sembradores prudentes y generosos, en donde nuestro corazón y la mente sean son
los mejores terrenos a sembrar, para lograr que germine una semilla que traiga
conocimiento, inteligencia y amor…
Por eso recuerden
#NoCambieslaFormula y #PonTuMenteAlLimite…
Namaste, Carpe Dien y que la
“Fuerza los Acompañe”
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