La
Espiritualidad, no es solo rezar, levitar o poner cara de buda, es ser integro,
coherente, congruente, es estar alineado en cuerpo, mente y alma, es llegar al Nirvana.
Es
ese momento perfecto, en donde tu mente controla tus pensamientos, lo que
sientes y lo que haces, además lo alinea con tu cuerpo y termina amalgamándose
con tu espíritu.
Pero
más allá de esta parte hermosa de la filosofía, la técnica y el momento de
climax, que solo se concibe con mucha práctica y poder mental, se podría
entender que la espiritualidad puede ser muy sencilla.
Tan
sencilla que todos podemos llegar a ese momento mágico que los seres humanos
buscan y que siempre se les ha dicho es el mejor momento y trance de su vida.
¿Cómo
se puede lograr esto?
Bueno,
siendo coherentes hasta la médula ósea en todo lo que hace y estando alineados
en lo que se piensa, se siente y se acciona.
Debiendo
acompañarse con un toque de sencillez,
humildad y amor al prójimo, además de mucho control de los sentimientos, manejo
de las emociones y sobre todo en cómo se comportan.
Es
así de sencillo, sólo recuerda:
#NoCambieslaFormula
y #PonTuMentealLimite
Namaste,
Carpe Diem y que la “Fuerza los Acompañe”
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